Pensar más allá: el desarrollo de las Higher-Order Thinking Skills (HOTS) en la educación contemporánea
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educar para pensar, no para repetir
En un mundo saturado de información, donde los algoritmos filtran lo que vemos y las inteligencias artificiales generan contenidos en segundos, pensar críticamente se ha convertido en una forma de resistencia y ciudadanía activa.
Las Higher-Order Thinking Skills (HOTS),habilidades de pensamiento de orden superior, son hoy una necesidad educativa y social. No basta con que el alumnado recuerde o aplique lo aprendido: debe analizar, evaluar, crear y transferir conocimiento a contextos reales, complejos y cambiantes.
La educación basada en HOTS busca que los estudiantes dejen de ser consumidores pasivos de información y se conviertan en pensadores críticos, creadores y solucionadores de problemas. Tal como señala la UNESCO (2021), “la educación del siglo XXI debe priorizar las capacidades cognitivas avanzadas, la creatividad, la colaboración y la reflexión ética frente al simple dominio de contenidos”.
Qué son las Higher-Order Thinking Skills (HOTS)
El término proviene de la Taxonomía de Bloom, desarrollada por Benjamin Bloom en 1956 y revisada posteriormente por Anderson y Krathwohl (2001).
La versión revisada distingue seis niveles de pensamiento:
Recordar – Evocar información o hechos.
Comprender – Explicar o interpretar información.
Aplicar – Usar el conocimiento en nuevas situaciones.
Analizar – Descomponer, identificar relaciones y patrones.
Evaluar – Emitir juicios basados en criterios y evidencias.
Crear – Generar ideas, productos o soluciones originales.
Los tres últimos niveles conforman las habilidades de orden superior (HOTS). Implican una actividad mental compleja, que integra conocimiento previo, razonamiento lógico, metacognición y creatividad (Brookhart, 2010).
Por qué son esenciales en la era digital
La OCDE (2018) advierte que la automatización y la inteligencia artificial están desplazando tareas rutinarias, mientras que las profesiones del futuro demandan pensamiento crítico, innovación y resolución de problemas.
De hecho, el informe Future of Jobs del Foro Económico Mundial (2023) sitúa el critical thinking y el complex problem solving entre las cinco competencias más demandadas por las empresas para 2025.
En educación, esto se traduce en un cambio profundo: del aprendizaje memorístico al aprendizaje reflexivo, donde el estudiante interpreta, contrasta y crea conocimiento propio. Según Paul y Elder (2014), “el pensamiento crítico no es un lujo intelectual, sino una competencia básica para la supervivencia intelectual en la sociedad moderna”.
De las LOTS a las HOTS: cómo se desarrolla el pensamiento complejo
Las habilidades de pensamiento se desarrollan de forma gradual, desde las Lower-Order Thinking Skills (LOTS), recordar, comprender, aplicar, hacia las Higher-Order Thinking Skills (HOTS), analizar, evaluar, crear.
No se trata de abandonar las primeras, sino de usarlas como base para escalar hacia formas más profundas de razonamiento.
| Nivel | Tipo de tarea | Ejemplo en el aula |
|---|---|---|
| Recordar | Repetir definiciones | “Enumera las causas de la Revolución Francesa.” |
| Comprender | Explicar con tus palabras | “Resume por qué surgió la Revolución.” |
| Aplicar | Usar el conocimiento en un contexto nuevo | “Relaciona las causas de la Revolución con un movimiento actual.” |
| Analizar | Identificar relaciones y estructuras | “Compara las causas económicas y sociales de dos revoluciones distintas.” |
| Evaluar | Emitir un juicio con argumentos | “¿Crees que la Revolución Francesa logró sus objetivos de igualdad?” |
| Crear | Producir una propuesta o producto | “Diseña una campaña digital sobre libertad y derechos humanos inspirada en la Revolución.” |
Este tipo de progresión refleja lo que Marzano (2001) denomina aprendizaje profundo, donde el estudiante reorganiza la información y construye significados nuevos a partir de su experiencia y reflexión.
Cómo enseñar para desarrollar HOTS
La investigación educativa muestra que el pensamiento de orden superior no surge de manera espontánea, sino que debe enseñarse y practicarse intencionadamente (King, Goodson & Rohani, 2010).
A continuación, se presentan estrategias basadas en la evidencia:
1. Promover el cuestionamiento genuino
Fomentar preguntas abiertas del tipo ¿por qué?, ¿cómo lo sabes?, ¿qué pasaría si…? estimula la metacognición. Según Elder y Paul (2008), el aula debe ser un espacio donde las preguntas sean más valiosas que las respuestas rápidas.
1.2. Usar metodologías activas
Enseñanzas como el aprendizaje basado en proyectos (ABP), el aprendizaje basado en problemas (PBL) o el aprendizaje cooperativo permiten aplicar HOTS al mundo real.
Estos enfoques promueven análisis, debate, toma de decisiones y creación colectiva (Bell, 2010).
1.3. Integrar la alfabetización mediática
Tal como proponen Hobbs y Moore (2013) o Kellner y Share (2019), analizar medios y redes sociales ayuda a los estudiantes a evaluar fuentes, identificar sesgos y reflexionar sobre el impacto social de la información.
Aplicar HOTS en este contexto significa pasar de “consumir” a “interpretar y crear” contenido digital de forma ética.
1.4. Enseñar metacognición
Flavell (1979) define la metacognición como “pensar sobre el propio pensamiento”.
Las rutinas de pensamiento reflexivo, los diarios de aprendizaje o la autoevaluación ayudan al alumnado a tomar conciencia de cómo aprende y cómo puede mejorar.
1.5. Evaluar con rúbricas analíticas
La evaluación debe alinearse con los niveles HOTS. Por ejemplo:
Analizar: identificar causas y consecuencias, detectar contradicciones.
Evaluar: justificar decisiones o valoraciones con evidencias.
Crear: producir soluciones originales, argumentadas y viablesEjemplos de aplicación práctica
En lengua y comunicación
Analizar titulares periodísticos para detectar marcos ideológicos.
Debatir dilemas éticos a partir de campañas publicitarias.
Crear podcasts o blogs donde los estudiantes interpreten críticamente temas sociales.
En ciencias sociales
Comparar sistemas políticos o económicos y evaluar sus impactos sociales.
Simular negociaciones internacionales para resolver un conflicto histórico.
Diseñar políticas ficticias basadas en datos reales.
En educación mediática
Evaluar la credibilidad de un vídeo viral y reconstruir la información verificando fuentes.
Crear materiales educativos que desmonten bulos o discursos de odio.
Debatir sobre el papel de la inteligencia artificial en la desinformación.
HOTS y las competencias europeas
El marco DigCompEdu (Comisión Europea, 2017) y el LifeComp (Joint Research Centre, 2020) integran explícitamente el pensamiento crítico, la autorregulación y la creatividad como competencias clave del profesorado y del alumnado.
Aplicar HOTS en el aula contribuye directamente a desarrollar:
Competencia digital y mediática.
Aprendizaje autónomo y colaboración.
Conciencia social y ética.
Desafíos y oportunidades
Aunque la relevancia de las HOTS es ampliamente reconocida, su aplicación enfrenta obstáculos:
Sobrecarga curricular y tiempo limitado.
Evaluaciones estandarizadas centradas en la memorización.
Falta de formación docente específica en pensamiento crítico y metacognición (Zohar & Dori, 2012).
Sin embargo, su integración no requiere una “revolución”, sino una reorientación gradual de la práctica docente: transformar actividades rutinarias en oportunidades de análisis, juicio y creación.
Conclusión: pensar es un acto de libertad
Desarrollar las HOTS no solo mejora el rendimiento académico: forma ciudadanos capaces de discernir, empatizar y actuar con criterio en una sociedad saturada de información.
Educar para pensar es, en última instancia, educar para la libertad.
Como afirmaba Paulo Freire (1970), “la educación auténtica no es la que transmite conocimientos, sino la que crea las condiciones para que las personas produzcan su propio conocimiento”.
Ese es el espíritu de las HOTS: ayudar a cada estudiante a construir, analizar y transformar el mundo desde su propio pensamiento.
Referencias bibliográficas
Abosalem, Y. (2016). Assessment techniques and students’ Higher-Order Thinking Skills. International Journal of Secondary Education, 4(1), 1–11.
Anderson, L. W., & Krathwohl, D. R. (Eds.). (2001). A taxonomy for learning, teaching, and assessing: A revision of Bloom's taxonomy of educational objectives. Longman.
Bell, S. (2010). Project-Based Learning for the 21st Century: Skills for the Future. The Clearing House, 83(2), 39–43.
Bloom, B. S. (1956). Taxonomy of educational objectives: The classification of educational goals. Longmans, Green.
Brookhart, S. M. (2010). How to assess higher-order thinking skills in your classroom. ASCD.
Elder, L., & Paul, R. (2008). Critical thinking: Strategies for improving student learning. Journal of Developmental Education, 32(1), 32–36.
European Commission. (2017). European Framework for the Digital Competence of Educators (DigCompEdu). Publications Office of the EU.
Flavell, J. H. (1979). Metacognition and cognitive monitoring: A new area of cognitive–developmental inquiry. American Psychologist, 34(10), 906–911.
Freire, P. (1970). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI.
Hobbs, R., & Moore, D. C. (2013). Discovering Media Literacy: Teaching Digital Media and Popular Culture in Elementary School. Corwin Press.
Kellner, D., & Share, J. (2019). The Critical Media Literacy Guide: Engaging Media and Transforming Education. Brill.
King, F. J., Goodson, L., & Rohani, F. (2010). Higher order thinking skills: Definition, teaching strategies, and assessment. Center for Advancement of Learning and Assessment.
Marzano, R. J. (2001). Designing a new taxonomy of educational objectives. Corwin Press.
OCDE. (2018). The Future of Education and Skills: Education 2030. OECD Publishing.
Paul, R., & Elder, L. (2014). The Miniature Guide to Critical Thinking Concepts and Tools. Foundation for Critical Thinking.
UNESCO. (2021). Reimagining our futures together: A new social contract for education. UNESCO Publishing.
World Economic Forum. (2023). The Future of Jobs Report 2023. Geneva: WEF.
Zohar, A., & Dori, Y. J. (2012). Metacognition in science education: Trends in current research. Springer Science & Business Media.